«Me calé con tu mirada, parpadeé cuan cíclope
y luego cargué a mi espalda las batallas de tu Aleph.»
©Jonathan Naharro
Tipo: poesía
Escrito en: 2012
Imagen sacada de Pixabay
Esta noche ha caducado otro día en el sofá.
Una bruja hizo un conjuro, me maldijo a respirar
escondido tras un muro, sin tu beso en mi nariz.
Me disfrazaré de Arturo, espada en mano iré a por ti.
Y en el reino de las promesas que juramos nunca romper
retaré a los troles que acechan,
que no te sorprenda que caiga otra vez.
Si aquí hay algo más que claro no será mi forma de ser,
pues soy raro y no me callo aunque me ahogue en el café.
Tal vez no sea el tipo más majo ni el que mejor te sepa hacer
cosquillas de la espalda a tu cara: te sorprenderé.
Me calé con tu mirada, parpadeé cuan cíclope
y luego cargué a mi espalda las batallas de tu Aleph.
Escuché una profecía que bendijo esta obsesión.
Si te escupe la osadía piensa ahora en mi voz.
Si te dan alguna manzana, si te callan con un calcetín,
cantaré una canción, la esperanza,
y te doy mi guitarra que escucha por mí.
Si aquí hay algo más que claro no será mi forma de ser,
pues soy raro y no me callo aunque me ahogue en el café.
Tal vez no sea el tipo más majo ni el que mejor te sepa hacer
cosquillas de la espalda a tu cara: te sorprenderé.
A veces vence una lagrimita cuando aterrizo al mundo real.
Me digo «son cosas de la vida», mi voz se marchita y rompo a llorar.
Si aquí hay algo más que claro no será mi forma de ser,
pues soy raro y no me callo aunque me ahogue en el café.
Construí este velero por si te perdía otra vez,
cálmate, hallaré el sendero que me lleve a ti, otra vez.
Tal vez no sea el tipo más majo, ni el que mejor te sepa hacer
cosquillas de tu cara al ombligo, si vuelves conmigo…
Si vuelves conmigo: te sorprenderé.