The Vampire Diaries es una serie plagada de altibajos a lo largo de sus siete temporadas. Aunque aquellos que la seguimos del principio no podemos evitar sentir nostalgia hacia aquellas tres primeras que fueron bastante notables. La introducción de tramas sin sentido, la resurrección innecesaria de algunos personajes o la salida de su protagonista no han hecho más que encaminar la serie hacia su declive. Sin embargo, ¿está todo perdido? No lo creo. Y el estreno de su octava y última temporada es la prueba de ello. Aviso de que si no estás al día con la serie, puedes hallar SPOILERS.
El declive de los personajes
La séptima temporada fue, sin duda, la temporada más peculiar de esta serie. Por un lado, era la primera vez que los capítulos se estrenaban sin Nina Dobrev y sus múltiples roles. Aunque en un principio pudiera parecer contraproducente, el hecho permitió a los guionistas centrarse más en la relación de hermandad de los Salvatore. Algo que apuntaba a maneras pero fue desaprovechado. También la relación Stefan y Caroline atravesó su peor época, siendo el personaje de Caroline relevado a un segundo puesto por culpa del embarazo de la actriz (tanto en la vida real como en la ficción) y, teniendo en cuenta que Caroline es de los pocos personajes que me siguen interesando… como que me decepcionó en parte.
Lo bueno es que el personaje de Bonnie Bennet tuvo su merecido protagonismo. Y que tanto la trama de la cazadora como la de la cripta fueron interesantes. Aunque en contra siguen estando algunas reacciones de los personajes que, desde su quinta temporada, dan la sensación de estar involucionando, más que evolucionando. Consiguiendo que, una temporada con un argumento tan atrapante, se quede a medio camino por el desgaste excesivo de los personajes. Y los nuevos no aportaron esa frescura que le falta a la serie.
Llegamos a la temporada final
Pero la serie ya se acerca a su desenlace, por lo que mis expectativas en esta nueva temporada no son precisamente bajas. Al ser confirmada como una tanda de tan solo 16 episodios, ya podemos dar por hecho de que tendremos poco relleno y, por el contrario, un ritmo más frenético. Llega el momento de cerrar todas las tramas y descubrir, por fin, cómo tienen pensado terminar la serie.
Poco más se ha visto en este episodio, sin embargo, la ambientación del mismo me ha recordado bastante a los capítulos de las tres primeras temporadas. Parece que esta última tanda va a ser más oscura (cosa que agradecería sobremanera) y que la serie todavía no ha perdido todo su encanto. The Vampire Diaries vuelve para despedirse, y parece muy dispuesta a romper corazones y devolvernos la ansiedad perdida.