Ya he podido disfrutar, exploradores de mundos, del último episodio de la sexta temporada de Juego de Tronos; titulado «Vientos de invierno». Y quiero aprovechar la ocasión para abrir oficialmente la sección de ocio, en la cual iré actualizando con reseñas y explorando temporadas y capítulos de las series que sigo. Voy a empezar con un vistazo general al final de esta nueva tanda de capítulos de Juego de Tronos, y comentar las expectativas para la siguiente temporada. Porque ahora sí, podemos decir que, oficialmente, ha dado comienzo el desenlace de la famosa «Canción de Hielo y Fuego».

AVISO la entrada contendrá SPOILERS.

Después de que Sansa y Meñique salvaran «La batalla de los bastardos», muriese Ramsay (de la mejor manera posible), el entrenamiento de Arya diese sus frutos y Daenerys lograse acabar con el problema de los maestros en Mereen, mis expectativas estaban puestas en el juicio de Cercei; el cual, al final, no se ha llegado a celebrar.

Como siempre, Juego de Tronos ha logrado sorprendernos con giros inesperados, y alguna que otra muerte chocante. Personalmente, lo siento de veras por los Tyrell, y el suicidio de Tommen me pilló desprevenido aunque ya esperábamos todos que él muriese en algún momento. Sin embargo, he de decir que me alegro de que el personaje de Cercei no esté acabado; que una vez más se haya salido con la suya aunque haya tenido que pagar sus consecuencias (es algo que caracteriza a esta serie) y que parezca dispuesta a seguir dando guerra. La frialdad con la que ha mirado el cadáver de su hijo deja entrever que en la próxima temporada veremos a una Cercei implacable. Si no, que se lo digan al Gorrión Supremo.

Otra cosa a destacar son los Stark. Por fin conocemos el origen de Jon Nieve, aunque desconozcamos quién es realmente su padre (sin embargo, la sospecha de que es Rhaegar Targaryen se hace cada vez más fuerte). Aun así, me gusta que él se haya ganado el título de «Rey en el Norte» por sus logros, siempre a la sombra del apellido Nieve, y no por derecho. Nunca se ha visto demasiada interacción entre Sansa y Jon, pero esta evolución me gusta. Resulta una alianza interesante para seguir desarrollando. Y también Arya, que por fin ha acabado su largo entrenamiento, ha sido la auténtica vengadora de «La Boda Roja» siendo ella la asesina de Walder Frey; ¿logrará acabar con todos los nombres de su lista? Yo quiero ver eso.

Llegamos por fin a mis dos personajes preferidos (aunque Cercei y Arya están solo a medio escalón por debajo): Daenerys y Tyrion. El nombramiento de Tyrion como «Mano de la Reina» ha sido la mar de emotivo, la dinámica de estos dos me encanta y siento que él va a ser quien evite que ella se vaya por el mal camino. Daenerys, con todo lo que ha vivido y lo que ha tenido que hacer para llegar hasta donde ha llegado, se está volviendo más fría, menos humana. Quizás empieza a sentirse superior, y puede que eso es lo que le de miedo, ser ella la que acabe confirmando el rumor sobre la locura hereditaria de los Targaryen. Pero ella, los hijos del hierro, los Dothraki, los Inmaculados y sus dragones ya parten hacia poniente. La guerra empieza, y el lema de los Stark se ha cumplido: ha llegado el invierno.

Lo cierto es que las expectativas para los últimos 13 episodios de la serie no son pocas (para quien no lo sepa, se ha confirmado la temporada 8 como la última; quedándose la temporada 7 con tan solo 7 episodios, y la 8 con 6). Hasta el momento, todo parece indicar que Daenerys será la que logre el trono de hierro. Y muy probablemente ese casamiento necesario, lo tome con Jon Nieve. Teniendo en cuenta el título de la saga de libros en los que se basa la serie «Canción de Hielo y Fuego», si el final llegara a ser ese, la historia quedaría algo así como «Las Crónicas de Jon Nieve y Daenerys de la Tormenta». Sea como sea, la guerra final en el Juego de Tronos empieza, y los Caminantes Blancos se acercan.