Bienvenidos, exploradores de mundos, a la primera reseña del blog. Para esta ocasión, he decidido estrenar esta sección con un libro que me cautivó sobremanera: Todas las hadas del reino, de la valenciana Laura Gallego (autora de éxitos como Memorias de Idhún, Donde los árboles cantan o Crónicas de la Torre). Yo me pregunto, ¿cómo una historia tan plagada de tópicos puede ser un libro tan original?
Hadas madrinas y animales parlantes
Una de las cosas que más me gustaron de la novela fue el tema de los animales ancestrales. Que consisten precisamente en los típicos animales parlantes que aparecen en los cuentos y que, según el libro, son mucho más antiguos que las hadas. Es un elemento que no esperaba y fue toda una sorpresa sobre todo porque, mi personaje favorito, es un ancestral: Ren.
Pero vamos por partes. En primer lugar, cabe recalcar la idea de usar un hada madrina como protagonista y conocer en profundidad cual es la función de estas fantásticas criaturas. Y lo más importante: cómo lo viven ellas, qué sienten. Detalles como el hecho de que las crónicas leídas por los personajes jamás se rebela el nombre del hada madrina que ayudó a tal héroe; que Camelia (la protagonista) no mencione entre sus ahijados que se hace cargo de más de uno a la vez; o que los humanos ni siquiera se planteen que pueda o no haber varias hadas madrinas hacen que esta novela sea más que una simple historia de aventuras. A fin de cuentas, en Todas las hadas del reino la acción es más discreta y rápida; y las búsquedas no se alargan incansablemente. Más bien, la novela destaca por la habilidad de introducir cuentos dentro de cuentos y el dinamismo obtenido por la corta longitud de sus capítulos: literalmente, hay capítulos de una sola página; incluso uno que consiste apenas en un par de líneas. Esto produce una agilidad de lectura vertiginosa pues, al ser tan cortitos, siempre te dices «va, uno más» y, cuando te das cuenta, se te ha hecho de día.
El estilo característico de Laura
Laura Gallego tiene una pluma ágil y sencilla que provoca que leer una de sus novelas suponga una tarea amena, por muy complejo que pueda llegar a ser su argumento. A Todas las hadas del reino le sienta a las mil maravillas esta característica, pues ayuda mucho a transmitir esa sensación de cuento de hadas. Considero que a la vez también ayuda a aumentar el clímax de los distintos giros argumentales, y causar más impacto con ello. Pues la novela sufre una evolución conforme pasan sus páginas y realmente se logra profundizar en las distintas cuestiones que propone.
Los personajes resultan carismáticos; simpaticé especialmente con la protagonista, Camelia, y con el ancestral, Ren (aunque prefiero en la inopia sobre él, y que lo descubráis leyendo el libro). Sin embargo, no puedo olvidarme de mencionar otros personajes que sirven como perfecto complemento para este cóctel de magia, hadas y ancestrales: Orquídea, un hada despampanante a la cual le encantan las fiestas y relacionarse con la gente de la más alta sociedad. Gardenia, un hada anciana que siempre suelta comentarios aparentemente fuera de lugar, pero plagados de sabiduría (como: ¡Bizcocho!); o Rosaura, la más amable, empática y valiente de las ahijadas de Camelia, un personaje que sirve como homenaje hacia uno de los cuentos más populares (no rebelaré cual) y que además va adquiriendo protagonismo a lo largo de la novela. Todos los mencionados, me parecen personajes fantásticos, bien definidos y divertidos.
Conclusión
Si sois amantes de los cuentos de hadas, disfrutaréis de la cantidad de referencias, pues la novela está plagada de ellas. Cabe recalcar que conocer los cuentos a los que Todas las hadas del reino toma como referentes, hace que la lectura se disfrute mucho más; pues descubrir los distintos guiños es gran parte del encanto del libro. Hay que tener en cuenta que la novela recurre a varios tópicos de los cuentos de hadas como el amor a primera vista. Aunque no se hace un excesivo uso del romanticismo como sí ocurre en otras novelas de la autora (a pesar de que el tema en cuestión sea un elemento fundamental para el desarrollo de la historia) y además se aprovecha para hacer mención de situaciones muy exageradas, características de los cuentos, para así dar un punto de vista racional que provoca un divertido contraste. Atentos, sobre todo, al corazón de la historia (pues corazón precisamente no le falta), sed buenos con vuestra hada madrina y comprended que son criaturas con sentimientos y que, a pesar de que algunas puedan ejercer su profesión con especial devoción, también pueden llegar a cansarse y entonces…, ¡mejor no os lo cuento!
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