Si ya me gustó Cinder y me encantó Scarlet, ¡Cress me ha fascinado! Este libro entrega más capas de profundidad a los personajes y a la trama. Capítulos tensos y situaciones que te hacen hiperventilar; más oscuro, carismático y, sin duda alguna, el mejor y más interesante libro de la saga (por ahora).

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Érase una vez en el futuro… La malévola reina Levana está a punto de salirse con la suya. Solo una poderosa alianza puede evitarlo. Pero el tiempo se agota.

Una saga que crece con cada libro

Por si aún no os ha quedado claro, exploradores, he disfrutado muchísimo de este libro. Marissa Meyer consigue lo que consiguen pocos autores hoy en día: que cada libro sea mejor que el anterior. Y por si eso fuera poco, Cress no solo supera a los otros dos libros, ¡los mejora!

Así como Cinder era una perfecta introducción a esta saga distópica de ciencia ficción y Scarlet era una excusa para presentar a nuevos personajes y el nudo de la historia (el cual se desarrolla en el tercer libro), Cress es el desencadenante de todo; el punto de inflexión del argumento principal y el resto de sub-tramas. La narración alcanza su mayor punto en el equilibrio de tramas y los conflictos internos de sus personajes, dotando la historia de diversas capas de profundidad. Con un ritmo un tanto más lento y con menos acción que los otros dos, en esta tercera parte de la saga Marissa Meyer consigue superar con creces las expectativas y poner el listón muy alto para Winter, cuarto y último libro (y único que aún no se ha publicado en España).

Supervivencia

La supervivencia, prácticamente, se convierte en un personaje más del libro. Está presente en cada página aunque no se den lecciones sobre el tema. Desde el rescate de Cress, hasta el duro viaje por el desierto (del cual no doy más detalles para no spoilear) y, en general, todo lo que sucede tanto en África, como en la Comunidad y en Luna. ¡Por que sí, por fin conocemos Luna! 

En definitiva, cada situación está plagada de momentos tensos que te sacan de quicio y te dejan con la boca abierta, hiperventilando, sufriendo por los personajes y odiando cada vez más a la reina Levana (sí, es posible detestarla más de lo que ya se la detesta en los otros libros).

Un ritmo más pausado

Como ya he dicho, esta novela tiene un ritmo un tanto más lento que los otros dos, además de tener unas cien páginas más que Scarlet. Esto no es negativo en absoluto, ya que permite detenerse a asimilar las diversas situaciones y a profundizar en los personajes.

Algo que destaca es la oscuridad que los envuelve. No es que de repente se vuelvan unos villanos pero sí es cierto que algunos se ven obligados a tomar decisiones que no serían dignas de los típicos héroes de DC. Y, si bien suelen actuar por el bien común en su gran mayoría, al conocer sus pensamientos somos testigos de las dudas y las elecciones que se ven obligados a tomar. En este punto, precisamente la que destaca es Cinder; nuestra Cenicienta cíborg.

También me ha gustado el desgaste tanto físico como emocional que sufren, muy coherente con lo crítico de las situaciones a las que sobreviven (como sería el hecho de un personaje que se queda ciego, u otro que resulta ser torturado y pierde un dedo de la mano). Hay un fuerte descubrimiento sobre el pasado de dos personajes que son muy importantes para la historia, y un par de muertes importantes (lo cual siempre se agradece por el impacto dramático y porque ayuda a crear más incertidumbre de cara a la seguridad de los personajes).

Giros argumentales

Los giros también están presentes. En especial, un par de revelaciones que ayudan a profundizar en la trama principal y que causan un punto de inflexión en la guerra que se avecina entre Luna y la Tierra. Los conflictos políticos están más presentes en este libro que en los anteriores y, las consecuencias de lo sucedido al final de Scarlet, son tratados con mucho mimo por la autora a lo largo de la novela.

Otro punto a favor es que se vuelve a tocar el tema de la desigualdad entre humanos y cíborgs, y que se descubre el origen de las leyes que obligan a los cíborgs a estar por debajo de los ciudadanos comunes. La moralidad con la que se toca este tema me encanta y también las conclusiones a las que llega el príncipe Kai.

Cress, nuestra Rapunzel

Quiero dedicar un apartado especial para Cress, la protagonista de este libro. Es un personaje que me ha gustado mucho aún teniendo en cuenta que no consiste en el tipo de personajes que me suele entusiasmar. Es una damisela en apuros, literalmente. Una niña que ha vivido siete años de su vida encerrada en un satélite, ingenua, enamoradiza y que depende de otros para defenderse. Pero es que, si tenemos en cuenta su historia, es la mar de comprensible.

Desde el principio somos testigos de cómo ella alberga sentimientos por Thorne sin siquiera conocerlo, y cómo se desarrolla la relación entre ambos es algo que enternece sobremanera la historia. Cress contrasta mucho con las fuertes personalidades de Cinder y Scarlet y es algo que me encanta. Todas sus reacciones ante los escenarios que presencia en la Tierra, o las situaciones a las que es sometida, resultan coherentes con su personalidad y también es un personaje que evoluciona y gana fortaleza; por no hablar de que se convierte en un miembro crucial para el característico grupo principal.

También hemos conocido a Winter, la actual princesa de Luna y protagonista del próximo libro y, si bien no sabemos mucho de ella, ha sido suficiente para comprobar que Marissa Meyer vuelve a dar en el clavo haciendo una protagonista completamente diferente a las anteriores.

La traducción

En esta ocasión no voy a hablaros de la edición del libro, ya que tiene los mismos aciertos y fallos que los dos anteriores. Pero hay algo que me ha molestado bastante: la traducción. ¡Ojo! No es que sea mala (de hecho, está mejor lograda que en Cinder y Scarlet) sino que Montena ni siquiera se ha dignado en traducirlo: ha hecho un copia y pega de la traducción latinoamericana y listos. Me parece indignante si tenemos en cuenta que ha tardado varios años en editar este libro, dejando a los lectores con la miel en los labios y con la incertidumbre de si la saga sería o no cancelada. Yo, por suerte, cuando la conocí fue este noviembre ya que me regalaron los tres libros juntitos y no he tenido que sufrir por ello. Pero ahora me encuentro con que no hay ni confirmación ni noticias de si se editará el cuarto tomo de la saga. Espero que, al menos, lo editen en Latinoamérica y poderlo comprar por Amazon. Siempre me ha gustado bastante Montena como editorial pero, el trato que le están dando a Las Crónicas Lunares, es un insulto para los fans.

El mejor libro de la saga; el más interesante, oscuro y profundo. Se perfila mucho más en los personajes y se empieza a desarrollar la trama principal, y de forma sublime. La narración gana mucho y los distintos puntos de vista dinamizan muchísimo la lectura, siendo todos realmente interesantes y provocan que ningún capítulo esté de más. Un ritmo más pausado que enriquece mucho a la hora de asimilar todo lo sucedido, pues nos encontramos con situaciones repletas de tensión, revelaciones y giros argumentales sorprendentes.