[RESEÑA] La última bruja, de Mayte Navales

La última bruja fue la ganadora del premio Minotauro en 2016 y publicada por la editorial Almazura. Es una novela independiente de fantasía, un relato sobre la vida de dos brujas milenarias, oscura y rica en su mitología

Sinopsis

Los nombres tienen poder. Todos lo sabemos. Y los nombres de las brujas siempre han sido más poderosos que los de los humanos, pues contienen su esencia y su magia. Por eso los ocultan. Esta es la historia de dos brujas milenarias. Y de sus nombres. Y de cómo sobreviven al tiempo.

Greta nació en la Edad Media. Irati, mucho más vieja, pertenece a una raza extinta que ya no camina la Tierra. Es la última de su estirpe. Pero en el mundo quedan otras razas como la suya, tribus que conocen los secretos de los bosques primigenios. Y en el presente, un espíritu ancestral sobrevuela los sueños de un niño de aura azul. No solo las brujas ansían su corazón. Solo necesitan su nombre…

Valoración genérica

Me regalaron el libro este verano, y he de decir que tanto su portada como su sinopsis me llamaron mucho la atención. No obstante, con la cantidad de lecturas pendientes y el trabajo de verano, fui retrasando el momento de leerlo. Hoy por fin puedo decir que lo he terminado y, la verdad, es que el conjunto trae a mí sensaciones contradictorias; dificultando la tarea de valorar el libro.

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Por un lado, y muy a pesar de que la historia me ha parecido de lo más interesante, no he logrado empatizar del todo con los personajes. De cara a la recta final, me he dado cuenta de que me importaba más bien poco cómo acabara cada uno siempre y cuando tuviese un desenlace interesante. No he sufrido pensando en posibles muertes, me daba igual que este o aquel personaje consiguiese su objetivo…, tan solo me preocupaba el guión, que argumentalmente hubiese algún giro inesperado, o algo que me hiciese terminar el libro con un buen sabor de boca. Finalmente esto no se ha cumplido, porque el desenlace me ha parecido algo soso.

Con todo y eso, no puedo decir que esta novela carezca de personajes interesantes, pues las dos protagonistas lo son. Vemos claro el objetivo de cada una, y sus miedos. Son poderosas, y tienen grandes poderes, por no hablar de que el argumento en sí está muy bien llevado y es ligero de leer. Decir que el libro no me ha gustado sería mentir, pues he disfrutado mucho de él.

Auténticas brujas

Lo que más me ha gustado es, precisamente, su mitología. Ha sido fantástico viajar junto a Irati y Greta y presenciar los rituales a la luz de la luna. Huir de la caza de brujas o conocer al mismísimo dios lobo. En definitiva, navegar por el tiempo y conocer más sobre la cultura de las brujas. Es en este punto en el que más he disfrutado de la novela: brujas que comen corazones y se mantienen jóvenes mediante rituales, que canalizan la energía de los hombres de aura especial mediante actos de sexo en noches determinadas y que invocan la magia primigenia de los bosques, con el poder de ver a través de los animales o controlarte solo con conocer tu nombre.

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La oscuridad de la historia es otro de los puntos fuertes, sobre todo lo que envuelve a los nombres. Por ejemplo, aunque nosotros como lectores conocemos el nombre de Irati, su compañera Greta no. E Irati sí conoce el suyo, y por ello tiene influencia sobre ella. Detalles que demuestran que o bien Navales tiene un amplio conocimiento del tema, o ha investigado a la hora de escribir su obra. También demuestra imaginación y mucho potencial. Personalmente, me ha dejado con ganas de leer más libros suyos (y si son de este tema, más todavía).

Narración

Y aquí me encuentro con otro dilema: hay cosas que me han gustado y otras que no tanto. Cabe decir que Mayte Navales tiene una prosa rica y agradable, que se lee de forma muy ligera y sabe poner énfasis en momentos determinados para aumentar la tensión. Pero he sentido falta de detalle: tanto en ambientación, como en los personajes y la historia en sí. Me da la sensación de que como una película, la habría disfrutado más que como un libro: todos esos detalles nos los hubiera dado el vestuario, los decorados, la música o los mismísimos actores.

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Otra cosa que no termino de entender son algunos cambios de tiempo que ocurren en un mismo capítulo. Me explico: por norma general, la novela está narrada en tercera persona pasado. Tiene tres partes. La primera y la tercera ocurren en el presente, mientras que la segunda es en realidad un flashback que cuenta la vida de las brujas hasta llegar al tiempo en el que ocurren los primeros capítulos. Luego hay capítulos denominados interludios que están narrados en primera persona presente por un niño. Hasta aquí, todo bien. El caso es que hay partes en las que Navales nos está narrando la historia de Irati y Greta en pasado, y repentinamente narra en presente. Al principio pensé que tendría algo que ver con los capítulos de interludio y, si bien hay partes en las que sí, hay otras en las que no. Es algo que va sucediendo a lo largo de la novela y a mi modo de ver sí: ayuda a dar más énfasis en esas determinadas secuencias, pero rompe mucho la narración y la vuelve un tanto irregular.

Y, en contra de todo lo negativo, he de confesar que la pluma de Navales me gusta y que puede evolucionar en algo realmente prometedor. He disfrutado del libro porque además es muy ligero de leer, tiene una edición muy cómoda con la letra de un tamaño razonable y tanto la mitología como el argumento está muy bien llevado.

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A pesar de no ser un libro que vaya a pasar a la historia, os lo recomiendo si os gustan las brujas, pues resulta una buena adaptación de las brujas clásicas y considero imprescindible que haya autores decididos a mantener vivo este mito. Sobre todo, a raíz de sagas como Harry Potter y todas las variedades de hechicería que han salido estos últimos años. Hacen falta más libros como La última bruja, y yo me alegro de que Mayte Navales haya ganado el premio Minotauro.

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