Drizzt Do’Urden es un personaje que pertenece a los Reinos Olvidados, del cual se han escrito más de treinta novelas. En la colección de La leyenda de Drizzt encontramos diversas sagas y trilogías que en su mayoría se pueden leer de forma independiente. La morada es el primer libro de la trilogía El elfo oscuro (también compuesta por El exilio y El refugio), donde se nos cuenta el origen de este personaje y conocemos Menzoberranzan, la ciudad de los drows.
Antes de leer el libro
El año pasado me regalaron muchos libros, y entre ellos varios de la colección de bolsillo editada por Timun Mas de La leyenda de Drizzt. Más concretamente, tengo El elfo oscuro, El valle del viento helado, El legado del drow y los dos primeros de Sendas de tinieblas. Por lo que he decidido empezar a leerlos en orden cronológico (el que os he enumerado) y traeros las reseñas de cada uno de sus libros.
Pero he de confesaros, exploradores, que antes de empezar decidí informarme un poco ya que jamás había leído nada de los Reinos Olvidados. Y, si bien es cierto que seguramente a lo largo de alguna de las sagas de La leyenda de Drizzt nos encontremos con referencias que no captaremos si no hemos leído nada de los Reinos, sí es posible leer únicamente a Drizzt sin temor alguno. De hecho, la trilogía El elfo oscuro se puede leer de forma independiente al resto de sagas de la colección.
La sociedad drow
La morada nos narra el nacimiento de Drizzt Do’Urden y su infancia, también su crecimiento hasta el momento en el que toma, por primera vez, una decisión relevante por sí mismo. En una sociedad caótica y matriarcal donde prevalece la ley del más fuerte y donde la mayor autoridad viene por las matronas que veneran a una diosa tirana y cruel, Drizzt deberá hacer frente a la aterradora verdad que envuelve a los de su raza: los drows son criaturas crueles, muy distintas a lo que al joven le enseñaron en la academia. En esta sociedad, a todos los drows se los incita a pensar de una forma determinada y todos parecen estar cómodos con ello. Todos excepto Drizzt y, también, el imbatible Zaknafein.
El argumento de la novela se centra básicamente en el crecimiento del joven drow, y en un conflicto político que surgió el día del nacimiento de Drizzt: la casa Do’Urden atacó a la casa DeVir con la finalidad de exterminar a todos sus miembros y borrarlos de la sociedad. De ese modo, la casa Do’Urden pasa de ser la décima a ser la novena casa de Menzoberranzan (ciudad de los drows). El punto está en que hubo un miembro de la casa DeVir que sobrevivió y que en secreto planea su venganza. Esta trama de misterio y política se complementa perfectamente con el crecimiento de Drizzt y esto, junto a todas las reflexiones que R.A. Salvatore nos deja sobre la sociedad drow, hace de La morada un libro muy redondo y realmente entretenido.
Un libro adictivo
Es realmente adictivo, exploradores, y su lectura es muy ágil pues Salvatore no se enreda en descripciones. Incluso puede que eso le reste algo de puntos: los personajes principales no los describe demasiado (físicamente hablando) y de los secundarios demos gracias si nos da algún detalle. Yo, que jamás me he acercado a los Reinos Olvidados ni a nada que provenga de Dragones y Mazmorras (no por falta de ganas, pues la Dragonlance lleva años en mi lista de pendientes), he necesitado buscar fotos o fan arts en Google para saber qué aspecto tienen los drows. Solo se nos dice que tienen la piel oscura, y en algún caso el pelo blanco (pero no recuerdo que se mencionase que fuese un rasgo característico de la raza, cosa que así parece ser).
No obstante, a su favor debo reconocer que toda la descripción de Menzoberranzan está muy bien lograda. Salvatore tiene una forma de escribir que engancha y a la cual, a parte de la falta de descripción en el físico de los personajes, no tengo nada que objetar. Resalto la forma de contarnos las escenas de acción, siempre muy visuales.
Los personajes
Los personajes son otra cosa a destacar. O más bien, dos personajes en concreto (pues el resto, aunque son interesantes, no están tan perfilados): Drizzt y su maestro, Zaknafein. Ambos son, hasta ahora, los dos únicos drows con una perspectiva diferente a los de su raza. No se nos da una explicación del por qué en este libro (aunque sí a qué tienen ellos dos en común). Ambos comparten un vínculo especial y su relación ha sido lo que más me ha gustado de la novela. También es cierto que son los que llevan todo el peso emocional.
Más allá de Drizzt y Zaknafein y, posiblemente, la leal pantera con nombre de difícil pronunciación (Guenhwyvar) que acompaña al joven drow en la portada, realmente no destaco a ningún personaje más. Todos correctos en sus roles, sin resaltar especialmente. Las virtudes del libro están más en los sucesos, las escenas de acción y la construcción del protagonista. Y realmente la historia no necesita más.
No os voy a engañar, no es una novela compleja y sus personajes no son pozos sin fondo. Es, como ya he dicho, una lectura ligera y muy entretenida que deja un muy buen sabor de boca. Tiene sus dosis de aventuras, aunque su trama es más de conspiraciones políticas con bastantes escenas de acción. Se hacen diversas reflexiones sobre la sociedad que, si bien no aportan nada realmente nuevo, hacen que se disfrute más de la lectura ya que le dan más capas de profundidad. El libro deja con muchas ganas de saber más sobre Drizzt Do’Urden, este joven y peculiar drow que me ha ganado por completo.