Ya está disponible en Netflix la segunda temporada de El Príncipe Dragón (o The Dragon Prince) titulada Libro 2: Cielo. Me faltó tiempo para encender la tele y perderme en las nuevas aventuras de Callum, Ezran y Rayla y, por qué no, la búsqueda de Claudia y Soren. Esta segunda parte tiene también 9 episodios de 25 minutos (al igual que la primera) y, he de reconocer, saben a poco; ¡en menos de cuatro horas ya me encontraba en el tan conocido y odiado vacío existencial! ¿Comentamos, exploradores?
El viaje continúa
Después de que se abriera el huevo de dragón que nuestros héroes pretendían llevar a Seiria, y que Callum rompiese la esfera primigenia que robó a Claudia, estos se quedan un par de días descansando en el santuario de Lujuanne (para desencanto de la siempre alerta Rayla). Allí son interceptados por Claudia y Soren (los hijos de Viren). Y más temprano que tarde Callum se entera de la muerte del rey Harrow y, así mismo, que Rayla se lo estaba ocultando.
Mientras, Viren (como nuevo regente de Ktolis), pretende unir los distintos reinos humanos para la guerra contra los elfos.
En esta segunda temporada de El Príncipe Dragón la trama principal se siente algo más pausada, centrándose en el desarrollo de los personajes principales. Especialmente en Callum y, sorprendentemente, Soren. Con Libro 2: Cielo, El Príncipe Dragón cierra un ciclo y promete cambios importantes de cara al futuro.
Más profundidad
En la primera temporada (o Libro 1: Luna) se limitaron a presentarnos los personajes y el universo de El Príncipe Dragón, así como el conflicto principal e iniciar el viaje. A excepción de Rayla, la elfa de la luna que fue incapaz de quitarle la vida al joven príncipe Ezran. En ella sí vimos una evolución marcada por el tiempo viajando junto a Ezran y Callum. En esta segunda temporada, Rayla no evoluciona tanto (aunque se mantiene lo conseguido en el libro anterior) y es en Callum donde vemos más profundidad.
Empezando con la aceptación de que los humanos no nacen vinculados a ningún arcano (fuentes primigenias de magia), siguiendo con la búsqueda de su propio potencial y el enterarse de la muerte de Harrow. Ahora Callum se encuentra con la incógnita de contarle esa verdad a su hermanastro pequeño. De ese modo, tratar de entender a Rayla, que se lo ocultó a ambos a lo largo de toda la primera temporada.
Hablando de Ezran, se siente una notable madurez a lo largo de esta temporada; tomando una decisión de cara al final que sorprenderá a los espectadores de la serie. Otro punto destacable son Soren y Claudia, cuya misión es asesinar a los príncipes. Los dos hermanos, que han visto crecer a Ezran y Callum, dudan y se cuestionan las decisiones de su padre. Se nota el vínculo existente entre los cuatro y esa dualidad mostrada en sus decisiones aporta diversos matices a la trama. ¡Si hasta Cebo evoluciona!
Historias del pasado
Otro punto destacado de esta temporada son ese par de episodios en los que se nos cuenta una historia del pasado: desde el gran pecado de Harrow, tan mencionado en la primera temporada, hasta la presentación de la difunta reina Sarai (madre de Callum y Ezran); un fantástico personaje lleno de fortaleza y personalidad.
También se nos presentan a dos reinas humanas pertenecientes al colectivo LGBTI, algo que sus creadores ya introdujeron en Avatar: La leyenda de Korra. Yo, por mi parte, no puedo más que aplaudir el espíritu igualitario de esta serie (que además tiene a reyes negros y generales mudas).
Una segunda temporada que cierra un ciclo dentro de la serie y que aporta más profundidad, tanto a la trama como a sus personajes. La animación no ha mejorado mucho con respecto a Libro 1: Luna, pero en mi caso sigue sin ser un inconveniente. Si tuviera que buscarle un pero, sería que las temporadas de El Príncipe Dragón son demasiado cortas y la espera se hace larga. Pero compensa de sobras con una trama absorbente y un ritmo frenético.