Aquí os traigo, exploradores, mi reseña de El caballo y el muchacho, tercera entrega en orden cronológico de Las Crónicas de Narnia. En esta ocasión, Lewis utiliza una ambientación árabe que sienta de maravilla a su obra y nos invita a una aventura inolvidable en busca de la libertad.
Ficha
Título: El caballo y el muchacho
Las Crónicas de Narnia // Libro 3
Autor: C.S. Lewis
Editorial: Cometa
Nº de páginas: 336
Año de publicación: 1954
Género: Aventuras/Fantasía
Comprar: Tapa blanda (7’50€) / Ebook (5’69€)
Saga Las Crónicas de Narnia
El sobrino del mago
El león, la bruja y el armario
El caballo y el muchacho
El príncipe Caspian
La travesía del Viajero del Alba
La silla de plata
La última batalla
El viaje de Shasta
Shasta fue encontrado de bebé, a orillas de un río, por un pescador de Calormen y criado como un esclavo. Un día, el joven escucha una conversación entre el pescador y un señor feudal: un acuerdo, su padre lo está vendiendo a ese hombre. Shasta descubre entonces que no es hijo del pescador y rápidamente escapa con Bree, un caballo parlante que pertenece al país vecino llamado Narnia. En su travesía, Shasta y Bree se toparán con Aravis, una noble tarkina que huye de un matrimonio concertado, acompañada también de una yegua parlante: Hwin. Los cuatro emprenden un viaje lleno de aventuras a través de Tashbaan (la bulliciosa capital de Calormen), el ancho desierto y el país de Archenland para llegar las tierras libres de Narnia.
El caballo y el muchacho nos narra un viaje, una travesía; una aventura llena de enseñanzas y moralejas. Un libro bonito y, como ya sucede con el resto de novelas de la saga, escrito con maestría y un marcado espíritu de educador. Es quizás el libro más polémico de Las Crónicas de Narnia debido a la fuerte influencia que ejerce la cultura árabe en la ambientación de Calormen, país antagonista de la novela.
Personajes que se equivocan, y aprenden
Quizás se note más en esta tercera aventura de Las Crónicas de Narnia la destreza de C.S. Lewis para caracterizar personajes dirigidos a un público infantil. Mantienen esa inocencia e ingenuidad propias de la edad de sus lectores, y los obstáculos con los que se van topando son aprovechados maravillosamente por el autor para dar lecciones de moral y educación. Por ejemplo, en este libro se nos muestra la vanidad con Bree, el caballo; y la soberbia a través de la joven Aravis.
Ambos menosprecian al humilde Shasta a lo largo de toda la novela y también ambos evolucionan hasta el punto de ver las cosas desde otra perspectiva, aprendiendo lecciones de humanidad y modestia. También se tratan temas como la esclavitud y opresión y, aunque no se hagan profundas reflexiones sobre ellos, causan un interesante contraste con la educada narrativa de Lewis.
He de confesar que he disfrutado más de este libro que de los dos anteriores, quizás debido a que esta vez ni lo había leído ni había tenido adaptaciones cinematográficas de por medio. Pero creo que el espíritu de aventuras, la ambientación árabe, el pasaje del desierto y las similitudes con la historia de Moisés son elementos que también tienen parte de responsabilidad en cuanto a mi grado de disfrute.
También ha habido una parte que me ha recordado brevemente a El príncipe y el mendigo, un cuento que siempre me gustó mucho de pequeño. Y además cabe destacar que, aunque los hermanos Pevensie (protagonistas de El león, la bruja y el armario) no son los personajes principales de este libro, hacen una breve y divertida aparición.
Un libro tan agradable de leer como lo son El sobrino del mago y El león, la bruja y el armario. Una obra repleta de moralejas y enseñanzas, escrita con espíritu educativo a la que no faltan la aventura y la fantasía. En El caballo y el muchacho, vemos más allá de Narnia. Conocemos sus países vecinos y somos testigos de una sub-trama política que fácilmente pueden seguirla los lectores más pequeños. Un relato muy bien estructurado y con diversas referencias literarias que le aportan un aire fresco a Las Crónicas de Narnia, una de las mejores sagas de fantasía para niños.